El aislamiento social hace que el cerebro adulto produzca menor cantidad de una lipoproteína llamada mielina, lo que a su vez ocasiona trastornos emocionales y de comportamiento, ha revelado una investigación realizada con ratones. El estudio demostró asimismo que estos cambios cerebrales pueden revertirse gracias a la reintegración social, lo que abre una nueva vía de tratamiento para trastornos relacionados con la pérdida de mielina, como la esclerosis múltiple.